miércoles, 3 de septiembre de 2014

Etapa 02 - Arfuch Presentación y Capítulo 1) Barthes y Bajtín.

En el transcurso de estas líneas se intentaran desarrollar una serie de ideas acerca de la problemática signica que presentan los objetos atenientes a la carreras proyectuales (ARQ, DG, DIyS) es decir haciendo hincapié principalmente en material gráfico pero sobre todo de carácter visual que configuran y hacen al espacio en torno al Pabellon III de la FADU, como conviven con otros objetos y en especial la relación que se presenta con los usuarios (lectores/receptores) Docentes, Alumnos, Comerciantes, etc. En esta primera instancia el relato estará atravesado por los conceptos e ideas desarrollados por Roland Barthes, Mijaíl Bajtín y Leonor Arfuch, de manera tal que en conjunto nos den una visión más amplia respecto del sentido de los objetos, la comunicación, los géneros discursivos, etc.Tentativas de subtítulos (puntos de encuentro - ataque a los sentidos - circulando en la fadu)Como en cualquier ámbito publico o urbano (aunque en menor medida tampoco escapa del privado) en este caso la FADU, nos vemos rodeados de objetos, somos seres que al entrar en un espacio nos sumergimos en una marea de estímulos visuales que nos arrastra consigo en las redes del sentido. A veces más activos o ruidosos, llamativos, histriónicos o por el contrario que nos hablan susurrando siendo suaves, sutiles que se confunden y mimetizan en el entorno pasando más inadvertidos, en definitiva sean unos u otros batallan entre si para captar nuestra atención apelando a los recursos más variopintos que se los puede comparar con su misma naturaleza tan heterogénea de temáticas abordadas, estilos y modos de composición tan distintos pero que sin embargo guardan una condición común a todos los enunciados, a todos los géneros discursivos - su esencia basada en el uso de la lengua como acto social. Nada escapa al lenguaje en tanto convención de una sociedad es un elemento que arbitra prácticamente en todos los sistemas de comunicación y por ende en todos los campos donde el hombre se desenvuelve, así al entender este punto la concepción de una cultura de la imagen que algunos autores plantean quedaría fuera de juego. Sin embargo en estos objetos/enunciados como construcciones visuales/gráficas/escritos el lenguaje convive con otros sistemas de significación, códigos formales, de color, de dimensiones, de posicionamiento en el plano, etc volviéndolo así más flexible en comparación con los enunciados orales donde permanece más estático.
Cualquiera que haya circulado en el Pabellón III  sabe de la amalgama de enunciados por ende de discursos que se encuentran en sus paredes y la convivencia un tanto caótica entre ellos. Los hay de todo tipo y por su naturaleza diversa nos permite hacer distinción de ellos construyendo clasificaciones ya que se mantienen una serie de características medianamente estables de temática/estilo/composición que en cierta forma ordenan mínimamente el caos visual al que estamos sometidos- publicidad, graffitis, señalectica, institucional, carteles políticos donde cada uno significa a su manera o mejor dicho comunica ya que la comunicación va más allá de la mera transmisión de información. Sin embargo la misma circulación diaria nos hace tener una actitud naturalizada de los objetos que queda restringida a su uso y función- la propaganda política de los distintos partidos. El sentido va más allá, excede esta mera función en ellos residen y se desprenden otros sentidos (polisemia) que el autor conscientemente o no quiso transmitir ya que recordemos el sentido desborda al objeto, se escapa de él más allá de que el autor lo guíe. Así mismo cada destinatario interpretara de acuerdo a los saberes y competencias. Por ejemplo el uso del color rojo o la cara del Ché, asociado al comunismo, el pueblo, la lucha social o el efecto trash en el trazado de las letras nos puede hacer pensar que fueron realizadas con apuro o a través de ese gesto más espontaneo la demostración de una actitud combativa,  reaccionaria, de protesta permitiéndonos con ello ver la expresividad del enunciador. Otros formatos, otros discursos más rígidos por ejemplo la bedelía no permite esta expresividad ya que se encuentra sujeta a normas de estilo y composición más estratificadas.