En el transcurso de estas líneas se
intentaran desarrollar una serie de ideas acerca de la problemática signica que
presentan los objetos atenientes a la carreras proyectuales (ARQ, DG, DIyS) es
decir haciendo hincapié principalmente en material gráfico pero sobre todo de carácter
visual que configuran y hacen al espacio en torno al Pabellon III de la FADU,
como conviven con otros objetos y en especial la relación que se presenta con
los usuarios (lectores/receptores) Docentes, Alumnos, Comerciantes, etc. En
esta primera instancia el relato estará atravesado por los conceptos e ideas desarrollados
por Roland Barthes, Mijaíl Bajtín y Leonor Arfuch, de manera tal que en
conjunto nos den una visión más amplia respecto del sentido de los objetos, la
comunicación, los géneros discursivos, etc.Tentativas de subtítulos (puntos de
encuentro - ataque a los sentidos - circulando en la fadu)Como en cualquier ámbito publico o
urbano (aunque en menor medida tampoco escapa del privado) en este caso la FADU,
nos vemos rodeados de objetos, somos seres que al entrar en un espacio nos
sumergimos en una marea de estímulos visuales que nos arrastra consigo en las
redes del sentido. A veces más activos o ruidosos, llamativos, histriónicos o
por el contrario que nos hablan susurrando siendo suaves, sutiles que se
confunden y mimetizan en el entorno pasando más inadvertidos, en definitiva
sean unos u otros batallan entre si para captar nuestra atención apelando a los
recursos más variopintos que se los puede comparar con su misma naturaleza tan heterogénea
de temáticas abordadas, estilos y modos de composición tan distintos pero que
sin embargo guardan una condición común a todos los enunciados, a todos los géneros
discursivos - su esencia basada en el uso de la lengua como acto social. Nada
escapa al lenguaje en tanto convención de una sociedad es un elemento que
arbitra prácticamente en todos los sistemas de comunicación y por ende en todos
los campos donde el hombre se desenvuelve, así al entender este punto la concepción
de una cultura de la imagen que algunos autores plantean quedaría fuera de
juego. Sin embargo en estos objetos/enunciados como construcciones
visuales/gráficas/escritos el lenguaje convive con otros sistemas de
significación, códigos formales, de color, de dimensiones, de posicionamiento
en el plano, etc volviéndolo así más flexible en comparación con los enunciados
orales donde permanece más estático.
Cualquiera que haya circulado en el Pabellón
III sabe de la amalgama de enunciados por
ende de discursos que se encuentran en sus paredes y la convivencia un tanto
caótica entre ellos. Los hay de todo tipo y por su naturaleza diversa nos
permite hacer distinción de ellos construyendo clasificaciones ya que se
mantienen una serie de características medianamente estables de temática/estilo/composición
que en cierta forma ordenan mínimamente el caos visual al que estamos
sometidos- publicidad, graffitis, señalectica, institucional, carteles políticos
donde cada uno significa a su manera o mejor dicho comunica ya que la
comunicación va más allá de la mera transmisión de información. Sin embargo la
misma circulación diaria nos hace tener una actitud naturalizada de los objetos
que queda restringida a su uso y función- la propaganda política de los
distintos partidos. El sentido va más allá, excede esta mera función en ellos residen
y se desprenden otros sentidos (polisemia) que el autor conscientemente o no
quiso transmitir ya que recordemos el sentido desborda al objeto, se escapa de
él más allá de que el autor lo guíe. Así mismo cada destinatario interpretara
de acuerdo a los saberes y competencias. Por ejemplo el uso del color rojo o la
cara del Ché, asociado al comunismo, el pueblo, la lucha social o el efecto
trash en el trazado de las letras nos puede hacer pensar que fueron realizadas
con apuro o a través de ese gesto más espontaneo la demostración de una actitud
combativa, reaccionaria, de protesta
permitiéndonos con ello ver la expresividad del enunciador. Otros formatos,
otros discursos más rígidos por ejemplo la bedelía no permite esta expresividad
ya que se encuentra sujeta a normas de estilo y composición más estratificadas.