Consideramos al diseño como una práctica
significante compleja que impone un orden y deja marcas en todos los registros
de la vida social: tanto en los espacios y superficies graficas y
audiovisuales, como en los hábitos y consumos de la vida cotidiana, en la
configuración de identidades individuales y colectivas.
La imagen diseñada es ofrecida en una
naturalidad engañosa, pero es producto de arduos procesos de intermediación,
que no solo informan, hacen ver y comunican, sino que construyen imaginarios
sociales, sujetos y subjetividades.
El Diseño es indisoluble de la trama
cultural en la que se encuentra inscripto, en la multiplicidad, en las redes,
en la complejidad del campo de la comunicación.
Diseño en
la trama de la cultura
Propone pensar el diseño gráfico en su relación con
la cultura, no solo la pregnancia en los objetos sino también en los sujetos.
No hay espacio significante sin la huella del diseño. Ese asedio visual que
modula nuestra experiencia nos lleva a la naturalización del sentido. Es una
forma de HACER VER que solo parece
incrementar el mecanismo de la invisibilidad.
Estas tendencias responden a las transformaciones
profundas de la época (post-modernidad) Economía globalizada, valor del
consumo, movilidad migratoria, expansión de las tecnologías, multiculturalidad
de los escenarios urbanos… En este contexto el mercado no es ya un lugar de
competencia entre productos y símbolos. Las decisiones de la práctica del
diseño involucran cuestiones como la historia, la memoria, los derechos
cívicos, una dimensión ético-política.
La práctica del diseño excede un análisis formal de
tendencias y estilos, esta relacionado con todo un horizonte de problemas. El
diseño trae toda una carga histórica, y todo lo que puede ser y hacer esta
relacionado con la complejidad social en la que se encuentra.
No puede equipararse de una forma simple el diseño a
la comunicación,
con connotaciones de transparencia, univocidad, intención y
finalidad. Es una utopía pensar que el diseño puede democratizar la forma y
controlar lo caótico. El diseño esta articulado en una compleja trama, en una
red mass-mediática de la cual no se lo puede desvincular.
Diseño y
Comunicación
La palabra comunicación no tiene los atributos de
único, unívoco, dominable y transmisible. No se puede pensar el diseño como un
campo especifico, delimitable y enseñable. En la historia del diseño se produce
constantemente una tensión entre certezas e interrogantes acerca de lo que constituye
la entidad del campo, para afirmar lo que es o no es el diseño.
En las definiciones corrientes que tenemos
naturalizadas aparece una forma de equivalencia entre diseño y comunicación, de
manera que el diseño vendría a tener atributos de claridad, univocidad,
síntesis, pertinencia, lo cual es una utopía. Según estas características seria
el productor del mensaje el que impone el sentido, el enunciador ejercería el
control sobre su mensaje y sus efectos, y el receptor no tendría libertad
alguna en la interpretación.
La autora propone pensar desde otro punto la complejidad de la comunicación, desde
una divergencia
entre emisor y receptor (enunciador y destinatario). A pesar de que se
compartan códigos comunes para la comprensión del mensaje, hay divergencias de
la cultura, posiciones y contextos, puntos de vista e interpretaciones. No se
puede leer, comprender, percibir de la misma manera ni otorgar al mensaje el
mismo sentido que lo inspiró. Porque el SENTIDO no es algo
INEQUIVOCO, que viene dado con el
mensaje sino que se negocia, producto de una tensión entre la significación que
el texto propone y la apropiación que realiza el receptor. De esta manera el
enunciador no tiene un papel central, sino que se trata de un proceso continuo
de significación en donde no se puede separar enunciador de destinatario. Solo
porque existe el OTRO tiene lugar el mensaje, otro capaz de comprender, aunque
este solo sea una figura imaginaria, un desdoblamiento, otro yo.
Se introduce entonces la idea de AZAR, de imposibilidad de predecir el
comportamiento del otro, y se ve esto como el funcionamiento normal de la
comunicación. El desvío, el malentendido, no vienen a ser obstáculos en una
comunicación feliz, sino la posibilidad
misma del lenguaje y la comunicación.
LA COMUNICACIÓN ENTENDIDA COMO EL
CUMPLIMIENTO DE UN SENTIDO ES IMPOSIBLE.
La comunicación opera como un principio ordenador de la trama multifacética de la significación,
del devenir caótico de las interpretaciones, pues si bien no hay un único
sentido, tampoco hay cualquier sentido. Es una negociación entre lo que el mensaje significa y las lecturas
posibles que suscita.
La otra connotación que arrastra la idea de
comunicación es la de FINALIDAD, idea de intención, propósito, voluntad,
control que guía la producción del mensaje. Sin embargo la circulación de
significaciones en la vida social no se puede reducir a un utilitarismo, al
cumplimiento de fines previsibles y específicos. La supuesta equivalencia entre
diseño y comunicación reduciría su finalidad a la transmisión de un mensaje
para que el mismo alcance a un targuet para
llevar a buen fin la seducción de un hacer-hacer, que es ya un hacer-ser, es decir una concepción de
la comunicación no ya en términos de transmisión de información sino de
persuasión, incidiendo sobre las creencias y costumbres, configuración de
identidades e identificaciones.
Este enfoque
deja de lado el punto más importante que es la IRREDUCTIBILIDAD DEL SENTIDO, su
imposible captura, el hecho de que es en la recepción en donde se termina de
construir el mismo, que nunca es del todo predecible.
El modo en que la grafica
diseñada invade nuestra vida cotidiana e imprime un giro en nuestra
percepción. Es desde este punto que la autora propone no inventariar atributos
del diseño sino ver la posibilidad de dispersión, de diálogos, de
entrecruzamientos. Pensar el diseño como un campo plural inmerso en redes
incesantes de producción de sentido, es comunicación y circulación como así
también es técnica, creatividad, conocimiento, practica significante. Involucra
pluralidad de códigos.
De la insuficiencia de definiciones, de la
incertidumbre que produce toda nominación da cuenta la propia práctica
profesional en su institucionalización en el mercado.
La lógica equipara al diseño con tres ejes
principales
Ø Diseño/ Comunicación
Ø Diseño/ Arte/ Creatividad
Ø
Diseño/ Imagen Corporativa Este grupo enfatiza la idea de voluntad totalizadora absolutista del
diseño.
El diseño parece no poder renunciar a la utopía de conservar la armonía del mundo,
la posibilidad de triunfar sobre lo caótico, lo incontrolable. Hoy por la
centralidad que tiene la empresa en el horizonte contemporáneo, parece ser que
uno de los lugares preferidos para imponer el orden es el de la IDENTIDAD
CORPORATIVA. Por encontrarse en un territorio marcado por la
fluctuación, la multiplicidad, irreductible a un significante, supone un
desafío proyectual que se trata de una operación de síntesis extrema en donde
unos pocos rasgos pretenden expresar la totalidad ideal de un universo de
sentido.
Ø LA INTERVENCION DEL DISEÑO ES DE INDOLE POLITICA Y
NO COSMETICA.
El diseñador debe asumir todas las
implicancias y responsabilidades de sus operaciones semióticas, a partir de una
postura histórica y social. Posicionamiento reflexivo y crítico sobre la propia
practica.
Esto implica una distancia respecto de la
aceptación incondicional de tendencias, modas, estereotipos, pasar del
automatismo de respuesta al mercado a una experiencia mas compleja, donde se
problematice el lugar de la enunciación, ya que el diseño es indisociable no
solo de las redes mediáticas y de los cambios tecnológicos de la época, sino
también de todos los conflictos e inequidades que se producen en la sociedades.
Propuesta
Teórica
La pieza de diseño es una combinatoria que va mas
allá de la suma de partes, ya que esta significa, no es reductible a ninguna de
sus partes ni particularidades materiales, sino que es METAFORICA. Si bien responde a
ciertos objetivos y tiene una función, como cualquier objeto de la cultura es
susceptible de ser leída en otras claves y de resignificarse en otros
contextos.
Para reflexionar acerca del diseño en la actualidad
toma como referencia el paradigma de lo heterogéneo, teoría desarrollada por Mijail Bajtin.
Bajtin desarrolla una concepción que fue denominada
dialogismo, cuya amplitud excede el marco dialogico. Se trata de una manera de
considerar la relación del hombre con el mundo, con el conocimiento, con sus
semejantes y con la discursividad en general.
La relación esta dada por el lenguaje cuya relación con el sujeto no se
da desde su “propia palabra”, no asume como un Adán un lugar vacío sino que es
la relación con otras
voces y diálogos. En la palabra yo me constituyo desde el punto de
vista de otro, y desde el punto de vista de la colectividad.
Para pensarlo con respecto al DISEÑO, es importante tomar su concepción del lenguaje y la comunicación, que no se plantea como un
modelo abstracto sino que tiene un fuerte anclaje en la experiencia vivencial de
los sujetos, así como también trata la
problemática de las formas, los géneros discursivos y los estilos, el arte y la
creación.
Bajtin propone la idea de creación individual, que puede
relacionarse con el diseño. No se trata de un sujeto creador dotado de absoluta
libertad, como un Adán que hablaría por primera vez desde un vacío absoluto,
sino que la creación seria un movimiento en un espacio colmado de
significaciones donde ya todo esta dicho, y donde la propia voz trae ecos de
otras voces. Al asumir nuestro lugar de
enunciación, nuestra postura en el mundo, ya estamos marcados por la lengua que
conlleva toda una carga histórica e ideológica, todo un universo de sentidos
comunes. La voz propia ya esta habitada, hablamos un discurso ajeno ya sea
conscientemente o no, ya que lo naturalizamos. Es una concepción polifónica del lenguaje, no es uno sino
muchos los que hablan en el momento de la enunciación.
Los distintos discursos que tienen lugar en la vida
social no están compartimentados, cada uno en una esfera especifica, sino que
se tejen en articulaciones múltiples, hay interdiscursividad.
Bajtin concibe la comunicación no como un ida y
vuelta, donde uno habla y otro escucha, sino como un intercambio simultaneo, un
protagonismo doble, donde la postura de respuesta del oyente esta en formación
desde el principio. Todo enunciado tiene la característica de ser destinado, de
dirigirse a otro y esperar una respuesta. Hay una prefiguración del otro a
quien se dirige, una hipótesis acerca de cómo va a recibirlo e interpretarlo.
El enunciador construye una imagen de su destinatario, y se adelanta, prevee,
por lo cual ese otro esta presente, forma parte del enunciado antes de ser
formulado.
La pieza de
diseño esta también relacionada con toda una cadena de otros.
Esta concepción rompe con el esquematismo de los dos
polos, la producción y recepción, con la idea de idas y vueltas del mensaje. El
destinatario es visto no como un targuet, un blanco móvil, sino como
alguien que puede adoptar distintas posiciones.
Hablar de ENUNCIADO en lugar de MENSAJE, amplia el sentido otorgado a la idea de comunicación. No
se trata de un envío pautado que responde a una intencionalidad, sino más bien
como algo echado a andar en esa interdiscursividad de lo social, cuyas
implicancias son ingobernables. Es decir que un ENUNCIADO VISUAL puede o no llegar a buen puerto. Puede hablarse
entonces de ENUNCIADOS
DEL DISEÑO, y pensarse en una POLIFONIA DE LAS FORMAS.
Pese a esa ajenidad del discurso propio la posibilidad
de creación individual no esta negada. Tiene que ver con las maneras de asumir
la palabra propia, la forma de combinatoria.
Esta actividad creadora se da dentro del marco de
los GENEROS
DISCURSIVOS, que constituyen un principio organizador del devenir
dialogico, su amplitud incluye todas las posibilidades de la actividad humana.
Los GENEROS
no se definen por limites estrictos, sino por relativas regularidades, no son
puros, sin que tienen cierta especificidad. Un género es un conjunto de
enunciados que comparten determinadas características temáticas, compositivas y
estilísticas que son relativamente estables,
Los géneros discursivos se diferencian por su
fijación en una esfera determinadas de la comunicación, por sus participantes,
la situación, el contexto sociohistorico. También por el tipo de destinatario
que postulan y por el vínculo que proponen entre el lenguaje y la vida.
Conllevan una carga ideológica, expresan y proponen esquemas valorativos del
mundo, por lo cual apuestan a una ética.
Esta multiplicidad de aspectos permite pensar los GENEROS DEL DISEÑO GRAFICO en sus
diversas incumbencias, temáticas, destinatarios, y en todo lo que comparten en
el horizonte común de la cultura.
El estilo
no es una propiedad aislada de los objetos y las formas sino que es una
relación de componentes comprometida con una ética y una historicidad.
No se trataría entonces de pensar la formulación
teórica y conceptual del campo del diseño, de realizar una descripción en
términos formales, sino de la definición del diseño grafico como parte
involucrada en una reflexión crítica sobre la cultura, y su compromiso con la
misma.
El hacer
del diseño
El Diseño es PERFORMATIVO, construye, tiene una dimensione
tica, no es decorativo. La imagen es preformativa y no descriptiva, aunque en
ntra. Cultura la tengamos naturalizada como representación.
La pieza grafica genera efectos, consecuencias,
transforma conceptos en el mundo. El diseñador tiene una responsabilidad y una
ética. Somos seres activos, diseñar es construir y proyectar. Lo que yo diseño
modifica, construye y reconstruye ideologías y sentidos.
El diseño es HACER,
no es solo la utilización de códigos y tecnologías, de herramientas y técnicas,
sino que es una responsabilidad social y ética.
El diseño es PERFORMATIVO
interviene y crea situaciones de comunicación, produce transformaciones en el
entorno, aporta valores expresivos. Lo ético y lo estético no se pueden
separar, están articulados en el diseño que es una práctica significante y que
lejos de toda naturalidad conlleva ideología, esquemas valorativos, visiones
del mundo. Cada genero discursivo, cada diseño tiene una dimensione tica en
relación con sus usos, destinatarios y funcionalidades, mas allá del tipo de
mensaje, tema o composición.
Él diseño
deja marcas en todos los registros de la vida social, construye, es indisoluble
de la trama cultural en que se halla inscripto. Es por eso que el diseñador
debe tomar conciencia y compromiso al realizar su trabajo.
Mejora la redacción, y la falta de ortografía.
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